La piel es multifuncional por excelencia, realizando varias tareas esenciales para nuestro bienestar general.
El papel más importante que cumple es el de barrera protectora entre nuestro cuerpo y el mundo exterior, y el pH de la piel es uno de los mecanismos protectores clave. El pH de nuestra piel cambia constantemente por los agresores externos como la contaminación, los cambios de temperatura y los químicos abrasivos. Los productos de calidad para el cuidado de la piel ayudan a conservar el pH de la piel óptimo, y mantienen y restauran su defensa natural. Esto la vuelve más resiliente, menos sensible y con una mejor capacidad para llevar a cabo su función vital de protección.